Ella le miró con descaro. Sus ojos estaban llenos de atardecer.
-¿Cómo te llamas?- preguntó ella.
Él siguió mirando al horizonte, haciendo danzar sus piernas sentado en el borde del abismo.
-Patanadie. Unos me llaman Patán y otros Nadie.
- Me quedaré con el segundo.
Ella se sentó a su lado y Nadie a penas se inmutó. Siguió preguntándole.
-¿Y de dónde vienes?
-De donde mueren los besos.
-Debe ser un lugar muy triste, ese.
-Los lugares no son tristes. Los hacemos nosotros con nuestros hechos.
-¿Y cómo se muere un beso?
-Un beso no se muere nunca, pero él no lo sabe. Cuando se da sin amor, cuando se recibe sin pasión, resbala por las pieles y huye a su lugar de agonía, donde terminar su dolor de caricia. Quieren anclarse en unos labios, en una mejilla, en una piel amable. Tiemblan su pena de no saberse queridos y sufren.
-¿Y por eso vienes a sentarte al precipicio?
Entonces él la miró. Contempló su mezcla de nube y ola.
-Sí. Por eso vengo a sentarme en este lugar. Hace muchos años los espartanos tiraban a los hijos que nacían con defectos por este barranco, pues no les servían como guerreros. Hoy sólo acuden los suicidas, con la seguridad de la caída insalvable.
-¿Y tú? ¿A qué vienes?
-Preguntas mucho. El dolor de los besos me sangra el corazón. Aquí percibo el dolor de los muertos, de lo que han sufrido, y el saber de otros alivia de una extraña manera mi carga. ¿Y tú quién eres? ¿De dónde vienes? ¿Qué quieres?
-Soy Nadasenda. Llámame Nada. Vengo del lugar de donde mueren los sueños, donde quien los tuvo los deja morir, no por haberlos conseguido, sino por falta de fe.
♥ Nadie la mira de nuevo. Nada sonríe.♥
♥ Nadie la abraza y Nada se deja abrazar.♥
♥ Nadie quiere regalar sus besos.♥
♥ Nada sabe de su sueño.♥
♥ Nadie lo intenta y Nada lo espera.♥
♥ Un beso, un sueño.♥
♥ De Nadie para Nada, de Nada para Nadie.♥
-¿Cómo te llamas?- preguntó ella.
Él siguió mirando al horizonte, haciendo danzar sus piernas sentado en el borde del abismo.
-Patanadie. Unos me llaman Patán y otros Nadie.
- Me quedaré con el segundo.
Ella se sentó a su lado y Nadie a penas se inmutó. Siguió preguntándole.
-¿Y de dónde vienes?
-De donde mueren los besos.
-Debe ser un lugar muy triste, ese.
-Los lugares no son tristes. Los hacemos nosotros con nuestros hechos.
-¿Y cómo se muere un beso?
-Un beso no se muere nunca, pero él no lo sabe. Cuando se da sin amor, cuando se recibe sin pasión, resbala por las pieles y huye a su lugar de agonía, donde terminar su dolor de caricia. Quieren anclarse en unos labios, en una mejilla, en una piel amable. Tiemblan su pena de no saberse queridos y sufren.
-¿Y por eso vienes a sentarte al precipicio?
Entonces él la miró. Contempló su mezcla de nube y ola.
-Sí. Por eso vengo a sentarme en este lugar. Hace muchos años los espartanos tiraban a los hijos que nacían con defectos por este barranco, pues no les servían como guerreros. Hoy sólo acuden los suicidas, con la seguridad de la caída insalvable.
-¿Y tú? ¿A qué vienes?
-Preguntas mucho. El dolor de los besos me sangra el corazón. Aquí percibo el dolor de los muertos, de lo que han sufrido, y el saber de otros alivia de una extraña manera mi carga. ¿Y tú quién eres? ¿De dónde vienes? ¿Qué quieres?
-Soy Nadasenda. Llámame Nada. Vengo del lugar de donde mueren los sueños, donde quien los tuvo los deja morir, no por haberlos conseguido, sino por falta de fe.
♥ Nadie la mira de nuevo. Nada sonríe.♥
♥ Nadie la abraza y Nada se deja abrazar.♥
♥ Nadie quiere regalar sus besos.♥
♥ Nada sabe de su sueño.♥
♥ Nadie lo intenta y Nada lo espera.♥
♥ Un beso, un sueño.♥
♥ De Nadie para Nada, de Nada para Nadie.♥
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